Las
Ardillets:
- Hola chicos, ¿cómo están?
- Bien
- Bien, pero escuchame, mucha música, pero las minitas ¿para cuándo?
- ¿Por qué no llamamos por teléfono a un sauna de un amigo mío, que nos mande un
buen par de minusas.
- ¿Y cómo vienen las chicas?
- Vienen caminando, arriba de una motonetita, con un enano que las trae
ensartaditas.
- ¡Pero basta ustedes! Siempre con la misma historia. Bingo, mostrales como
suena tu nueva batería.
- ¿A verga?
- Tss, tss, tss, tss.
- Esto es más importante que cualquier minusa.
- ¡Uy, que buena batería! ¿Es nueva?
- Si, me la compré ayer.
- ¿Y qué me importa? Callate y tocá. ¡Música!
(empieza la música)
- Si, claro, vos decís, pero de vez en cuando, el cuerpo, necesita un poco de
relajo, y sino, pregúntenle a toda la juventud que pugna todo el día por tener
algo de placer.
- Bueno, el placer de la juventud se lo tiene que dar el peronismo, y no una
alegría gorila.
Jajaja, bien.
- Vos sabés que dicen que poniendo las letras de los ardillets al revés, la
gente ve visiones satánicas.
- Al atup que te riop, al atup que te riop, al atup que te riop.
- El problema está en su mujer, señor
- Mire: La puta que te parió.
Hoy salvé a Ricardo de que lo atropelle un tren,
pero igual la vía se quedó con la pierna de él.
La sangre salía a chorros tiñéndolo todo carmesí, (¿quién vino?)
y vinieron los bomberos con su camilla y un colibrí. (ha hay! ja ja já)
Torniquete, torniquete, pedía Ricardo sin fin. (Saba,
sububudubudaba)
le ataron a la rodilla una foto de Ricardo Balbín (¡Chino!)
si bien paró la sangre, la gangrena se lo comió, (uy, ¿que pasó?)
pero se hizo el milagro y otra pierna le creció. (¡Eh! sabadabadabatapa)
Ahora Ricardo pasea perros, los pasea por Morón (Sabadaba,
sabadubudubudab)
y sirve gaseosas en el bar de la estación. (¡vos!)
Pero cambió su vida cuando conoció a Horacio Embón: (Embón, Embón)
le sirvió una gaseosa y otra pierna le creció. (Vamos, todos juntos)
Con la que le sobraba construyó un monísimo velador. (Skabadubudububepe)
Embón, Embón...
- Che, esta música, está complicada, pero ¿cómo nos
despedimos?
- Nos despedimos con un saludo fuerte, y con la V de la victoria peronista.
- Como siempre: "Hasta la concha de tu hermana".
- ¡Represión, represión! (le patea la batería)
- ¡Che, que la batería es nueva! ¡La batería! ¡La batería! ¡No, ponete las
pilas, por favor!
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